Nada dura para siempre igual
En los últimos años he vivido un proceso de transformación inesperado. 2012 me casé 2014 diagnosticaron a mi esposo con pre-diabetes 2015 nació mi primera hija 2016 cambiamos de casa 2016 inicié el proceso de cambio de trabajo 2016 enfermó mi abuela materna 2017 cambié de trabajo 2017 falleció mi abuela materna 2017 perdí a mi segundo bebé 2017 asistí al retiro de Emaús 2018 cambié de trabajo (again!) 2018 estoy esperando a mi tercer bebé (es un niño) A través de todos estos cambios y situaciones he aprendido que todo pasa... nada dura para siempre igual... y Dios jamás nos abandona... sus planes son de bien para nosotros... todo tiene su tiempo... En este tiempo me he cuestionado el fin y sentido de mi vida... de mis sueños, de mis metas... de todo lo que hasta ese momento me había definido. Este es mi viaje...